viernes, 14 de marzo de 2008

La verdad de la milanesa

Una tarde de abril de 1987, Carla sintió un olor penetrante que provenía de la bolsita de higiene de su hija Luli. Parecía a milanesa, pero no podía afirmarlo a ciencia cierta. El olor a jabón y a fritura en cuasi-descomposición se fundían en uno. Cuando le preguntó a Luli qué había hecho con la bolsa, la nena se largó a llorar y confesó todo:

L: En el comedor el cocinero siempre nos da milanesas gruesas, con mucha grasa y doble pan. Si queremos comer postre, la condición es que terminemos el plato y, como hoy dieron helado, tuve que meter la milanesa en algún lado.
C: ¿Y dónde está la milanesa?
L: En el inodoro del baño del colegio.

Los comedores de los colegios públicos en los ochenta parecían cuarteles militares. Las señoras gordas que hacían las veces de mozas ponían su mejor cara de bruja cada vez que algún chico se atrevía a preguntar qué día de la semana había pizza o si le podían traer un pan de más. Te obligaban a comer hasta la única miga y, si no, te sacaban automáticamente el postre.

Los chicos se dividían entre los que comían por obligación, los que comían por hambre y los que no comían por asco. No había lugar para débiles (véase película referencial), ni para flacuchos. Siempre en las mesas había un comilón que le sacaba comida a los más flacos para que no los retaran (esa era la excusa).

Como servían sólo agua, los chicos traían Tang y otras yerbas y competían a ver quién tomaba el jugo más concentrado. Vacíaban dos o tres sobrecitos, hasta la mitad del vaso, y la otra mitad la llenaban con agua. Cualquiera que viera esa escena habría pensado que se querían intoxicar. Pero así transcurrían los días en los comedores públicos... para algunos, una oportunidad para comer por doble; para otros, ayuno constante hasta que llegara el famoso cuadrado de queso.

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Pri!!! Un post largo (¿?)

Anónimo dijo...

Y esto??? Malísimo...

Ana dijo...

Ya sabés, click sobre la cruz en el extremo superior derecho y a otra cosa.

Roky Rokoon dijo...

por suerte no tuve que lidiar con todo ese asunto de comedores
seguramente es para algunos una salvacion y para otros una cruz
eso si, recuerdo que si en la casa de mi abuela, no tomaba la sopa, no llegaba al plato principal, derecho al patio sin chistar

Unknown dijo...

Yo sería el que me comería las milanesas que no quieren los demás.

No entendí eso del "click sobre la cruz del extrem--------

Ana dijo...

fue una instrucción no muy clara para que cierre mi blog jaja

Anónimo dijo...

Sí, muy mala instrucción (¿?), nunca sos clara. Además si hago eso cierro mi blog, no da, en todo caso dame las instrucciones para que te saque el link en mi blog así no te visito más... :P

Naty dijo...

A mi me gustó el post, che!.
Tomás: comportate o te vas a la cama sin postre! Ya te lo dije

Scar: yo me hubiese peleado con vos por una mila, jajaja

Ana, primera vez que paso...seguro vuelvo.

Abrazo

Emiliano dijo...

yo sigo padeciendo esas situaciones en el comedor de la facultad, la diferencia es que nadie me obliga comer, es más ruego que la ración sea razonable, pero no, nunca pasa.
y tomás tomatelas

pedaleador sedentario dijo...

ah, muy lindo, a mi me pasaba en el comedor de la colonia, pero siempre tenia hambre y me comia cualquier basura que me daban.
saludos

Mad Bunny dijo...

Sos una Miguel Cané del postmodernismo ;).

Salut!

Ignacio dijo...

Yo jamas vivi el comedor escolar, asi que mucho no puedo decir...
btw: si, bowie rules.

macropovov dijo...

recarajo!!!
que más te podría decir???

Ana dijo...

Roky: Sí, en mi casa también tenía mi propio sargento. Mi viejo me guardaba la comida en la heladera y hasta que no la terminaba, no comía. Yo tenía mis artimañas para escapar del castigo :P

Scar: Qué bueno que no le hagas asco a nada. Jajaja, yo siempre fui un parto con la comida.

Naty: Con Tomás nos odiamos, pero en el fondo nos queremos. Ahí te visito. Me gustó tu foto :)

Después sigo.

Lucas.- dijo...

DIOS!!!! a que escuela fuiste!!! prefiero que me abuse un sacerdote!!!

Anónimo dijo...

Mira vos... no sabia que era tan asi :S

Saludos!

Anónimo dijo...

Me hiciste acordar a una tía mia que le gustaba tanto pero tanto la remolacha, que se la guardaba en los bolsillos para tener para "después" y manchaba toda su ropa :)

GrieGo dijo...

nunca tuve que comer en un lugar con tantas reglas fuera de mi hogar, porque en este último ya las tenia todas y por demás..

ah, no te gusta el puchero? esta noche hay puchero, mañana al desayuno, puchero, y a la tarde cuando te levantes de la siesta ¿ con que vás a merendar? , si ¡con puchero!


digamos que mis viejos querian alimentarme bien a toda costa y usando cualquier método... de todas maneras, no lograron que esa comida basada en verduras hervidas se amigara con mi paladar..

hasta el próximo posteo !

saludos

GrieGo dijo...

nunca tuve que comer en un lugar con tantas reglas fuera de mi hogar, porque en este último ya las tenia todas y por demás..

ah, no te gusta el puchero? esta noche hay puchero, mañana al desayuno, puchero, y a la tarde cuando te levantes de la siesta ¿ con que vás a merendar? , si ¡con puchero!


digamos que mis viejos querian alimentarme bien a toda costa y usando cualquier método... de todas maneras, no lograron que esa comida basada en verduras hervidas se amigara con mi paladar..

hasta el próximo posteo !

saludos

Unknown dijo...

Che, la instrucción había sido clara!!!

Era un chiste.


Es obvio que si apretás la crucecita de la esquina superior derecha se cierra la vent----------

(otra vez!)

Dalma dijo...

Nunca me mandaron a un comedor.

Lamentablemente, porque mi abuela cocinaba para el tuje.
Con decirte que el arroz con leche lo cortabamos como si fuera un bizcochuelo ... ajjjj

Me hiciste acordar.. guacalaaa

Horacio dijo...

menos mal que no dieron pescado

Lucas.- dijo...

Loca.. volve!!!!

Beso.

Horacio dijo...

tranquila, no postees, total postean otros

no te vayas a agitar eh

:P

Ana dijo...

Emi: Ja, yo por suerte ya pasé por todo eso y me cocino mi propia comida. Tom es un amigo de la casa.

Reaccionario: Yo también tenía hambre y me alimentaba a pan y golosinas.

Mad bunny: Jajaja, pero qué halago. No soy digna.

Ignacio: BIG TIME

Macropovov: Y no hay mucho que decir

Lucas: Sobre gustos...

Beauty: Podría ser peor; al menos no había monjas (eso lo padecí después)

Pau: Jajaja, me encantó. Igual la personaje de esta historia odiaba la milanga.

Uff... qué agotamiento.

Unknown dijo...

Te noto media cansada.
Se ve que esto de responder comentarios es agotador para vos.

Deberías contratar un ayudante.

(me sumo al bardeo de Horacio, jajaj) (sí, León Agitador)

Besos

Ana dijo...

griego: jajaja... mis viejos eran un poco más diplomáticos. Ellos nunca me obligaban a comer, pero lo hacían a través de terceros, así que era lo mismo.

Dalma: Cómo odié (y odio) el arroz con leche CON ARROZ QUE NO SE PASA. Ese arroz duro no sirve para nada.

Horace: No, para qué postear si hay tanto blog dando vuelta. En el finde algo escribo.

Lucas: ¿A dónde?

Scar: Otro más! estoy todo el día frente a la PC... poor me

El MeLLi dijo...

Que feos recuerdos me has traido.

En mi caso, lo peor que me podía pasar es que hubiese sopa, porque yo odiaba la sopa. Bah, la sigo odiando en realidad.

Pero lo peor de todo, en mi caso, era que la vicedirectora del colegio tenía por costumbre recorrer las mesas induciendo a quienes no queríamos comer a que lo hagamos. Y la verdad era dificil comer teniendo en frente a la vieja esta que tenía tantas arrugas que ya le tapaban la cara.

Era horrible.

Anónimo dijo...

La verdad de la milanesa... de soja??? :P

hsm1967 dijo...

La mila en dos panes no tiene igual,el dia que este por morirme pedire una recien frita.