Debo confesar que me he encontrado -y colocado- en situaciones incómodas varias veces en mi vida, pero la peor fue un año nuevo en París. Eran pasadas las diez de la noche y en la ciudad reinaba el espíritu de jolgorio típico de la Noche Vieja. Todos estaban en las calles tomando y yo, no podía ser menos. En ningún momento reparé en que eventualmente, me iban a venir ganas. Y menos aún, en que sería prácticamente una odisea encontrar un baño público.
Después de un intrincado diálogo con un servidor público, hice valer mis derechos y logré ingresar a un baño de la policía que estaba ubicado en una plaza, bajando unas escaleras. Entré en la primera puerta que vi. Una mugrienta letrina me esperaba con ansias devoradoras. Campechana y de buen tomar, inicié sin mayor cuidado mi descarga fluvial hasta que un garrote -la sensación fue esa- golpeome y derribome contra la pared. Un pudor me invadió cuando escuché disculpas en todos los idiomas -nunca había visto a un francés decir con tantas ganas "Sorry"-. No tuve el reflejo de levantarme los pantalones a tiempo. Lo único que quería era no caer despatarrada en ese agujero negro. Aunque, a costas de ello, quedara en paños menores ante un guardián de la ley.
3 comentarios:
Ana: Ja ja!! Esa situación es muy feaaaaaaaaaaaaa.
Y cómo terminó?
Me alegra haber impulsado esas ganas de confesarse y de (por qué no) reírse de nuestras propias situaciones incómodas.
Hay que saber salir de modo ingenioso. Ahí está la cuestión!
Un beso grande.
Lucy.-
Jajajaj, debo decirte que a mi tambien me paso algo parecido en Paris! Y tambien que me hiciste reir dos veces, con este post y con tu sugerencia de "pete en 6 cuotas", jaja
Pasaré seguido, saludos!!!
Lucy: El policía me vio muy bien dotada y me invitó a salir...jaja! Nada, procuré no mirarlo a los ojos y seguí con los festejos.
Juan: ¿Así que te pasó algo parecido? ¡Quiero detalles! La rubia de la canción se merecía un comentario. Creo que es lo más idiota que escuché en mucho tiempo
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