
¿Si...
alguna vez tuvo que realizar algún favor no relacionado estrictamente con su labor, léase pagar una cuenta, sacar una fotocopia, arreglar una impresora, llevar un par de zapatos a la zapatería, cuidar un bebé, o simplemente fregar una alfombra?
alguna vez fue tentado a trabajar durante el fin de semana, a cambio de una paga suculenta que con el correr del tiempo se fue devaluando a punto tal de convertirse en ínfima?
alguna vez tuvo que dar explicaciones por el descuido de un tercero?
alguna vez tuvo que salir por la puerta de atrás del establecimiento de trabajo para evitar que su integridad física corriera serios riesgos?
alguna vez fue víctima de un acoso sexual por su condición de mero empleado?
Entonces...
1) Primer paso: Asegúrese que esté en un trabajo que le genera al menos un 30% de satisfacción de algún tipo. Si después de haber pasado semejantes abusos, no está satisfecho en algún aspecto, vaya pensando en un cambio.
2) Segundo paso: Si es la quinta o sexta vez que le asignan una tarea no directamente relacionada con su trabajo, dé a entender que no está conforme con su trato. Si sus indirectas no son claras, manifieste su descontento explícitamente, ya sea a través de una cara de orto, un sarcasmo o una flatulencia, en el más extremo de los casos. Hágase valer.
3) Tercer paso: Si ya superó los dos estadíos anteriores, ya está en condiciones de decir que no, a quien sea. Al fin y al cabo, siempre va a haber una persona más barata y eficaz que haga lo que usted se niega a hacer.
[Disclaimer: Este blog y su autora no se hacen responsable de los daños que puedan causar los comentarios aquí expresados]