
Nos fascina porque creemos que nos devuelve una imagen más favorable que el resto de las fotografías cotidianas. Esas famosas espontáneas que captan oportunamente el orégano en la paleta, los pelos en los ochentas o los ojos en blanco.
No sé si es de exquisitos, poco fotogénicos o terribles bagres, pero muy pocas fotos nos conforman al punto de afirmar "ÉSTA FOTO ME GUSTA". La vida en movimiento es mucho más divertida, ¿no?