jueves, 26 de junio de 2008

De privado, poco

El otro día fui al supermercado con mis pantuflas de perro puestas para ver la reacción de la gente. Algunos habrán pensado que era una loca de atar, pero la verdad es que lo mío fue antropología pura: mi intención era ver el efecto que producía un acto meramente privado (andar en pantuflas) en el medio de la Avenida Santa Fé.

Más o menos lo mismo pasa cuando un niño eructa en un restaurante, el vecino baja a abrirle al delivery en pijama y ni hablar de las discusiones a los gritos que trascienden paredes y puertas. Esos momentos privados, donde el otro se da licencias de todo tipo despiertan curiosidad -al menos en mí- porque en el fondo todos tenemos algo de chismosos y nos regodeamos en la incomodidad ajena.

Los vecinos son nuestros extraños más conocidos. Con el paso del tiempo vamos reconociendo sus sonidos, olores y visiones. Sabemos que los viernes a la tarde, después del laburo, el del 4to C pone mezcladito de cuarteto y cumbia al mango. Intuimos que el olor que se filtra es la hamburguesa que se está comiendo el de abajo. Cerramos la ventana cuando el de enfrente se levanta voyeurista.

...lástima que yo hoy me levanté con ganas de vivir en una casa.

miércoles, 11 de junio de 2008

Hay dos, sí, dos

No me digan que todas (sí, este es un post femenino, aunque acepto comentarios de la platea masculina) ustedes se bañan, visten, maquillan y peinan para sentirse bien con ustedes mismas porque es chamuyo. No me digan que les levanta el ánimo ponerse el perfumito de vainilla con coco y la cremita de avena porque yo también me engaño y suelo creérmelo.

El ideal de belleza nos lo impone la sociedad. Ninguna de nosotras vino con el concepto de "lo bello" de nacimiento. Por ese motivo y, después de una exhaustiva encuesta, he llegado a la conclusión de que las mujeres nos vestimos 1) para los hombres, y/o 2) para las otras mujeres.

1) Las que se visten para los hombres privilegian lo sexy por sobre la comodidad. Elijen pantalones ajustados, remeras escotadas y polleras bien cortas para marcar los atributos y el rojo y los colores vivos para llamar la atención. Prefieren las botas o los tacos bien altos, a las chatitas. Se maquillan hasta cuando van al súper y van con la planchita a todos lados.

2) Las que se visten para las mujeres privilegian marca sobre precio. Se compran la última Vogue para estar en la cresta de la ola. Si se vuelven a usar los bobós, se los ponen aunque parezcan un globo aeroestático. Si se ponen de moda las bombachas de gaucho, las usan todos los días, por las dudas. Se gastan la mitad del sueldo en los negocios más top del shopping. Todo para diferenciarse y que las miren otras mujeres.

Si quieren, pueden ser una combineta. Ah y no pregunten cuál soy porque yo uso uniforme.